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carlosmartinez

editorial/un método peligroso

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Aquí estoy de nuevo con las mismas ganas de tocar las narices de siempre, y con gobierno nuevo con el que meterme, je, je. De los resultados de las elecciones del pasado domingo poco puedo decir, el resultado era completamente previsible tras el caótico segundo mandato de Zapatero y la galopante crisis económica (ojo, no solo en España, y no solo en gobiernos de izquierda, recordad a Berlusconi). Ni de Mariano "Dos caras" Rajoy (muy buena la portada de esta semana de El jueves, os la recomiendo si no la habéis visto) ni del PP no espero nada bueno, pero he de aceptar los resultados electorales y felicitarle por los mismos, qué remedio. Pero que alguien explique a algunos muy despistados que el bipartidismo no se rompe precisamente con la mayoría absoluta de un partido, lo que hace es precisamente reforzar al partido que ha ganado y dejar en ridículo al resto. Que Dios nos pille confesados los cuatro próximos años.

   Dejemos el tema en paz de momento, me temo que hablaré del mismo largo y tendido durante bastante tiempo, y pasemos a comentar los filmes vistos en los próximos días, marcados por una saga de cuyo nombre preferiría no acordarme (pero tengo que hacerlo) y por dos estupendas adaptaciones de textos teatrales.

   En apariencia, el nuevo trabajo de David Cronenberg, Un método peligroso, se aleja de sus temáticas habituales (el sexo, la carne y la tecnología, casi todos sus filmes tratan sobre ello), pero para mí es solo una apariencia, el filme es puro Cronenberg. No es la primera vez que el gran director canadiense trata el tema de la locura, ni de la medicina, el filme está mucho más cerca de lo que parece de títulos como Spider e Inseparables (el título al que más me recuerda), y algo tiene de extraño y perturbador esa relación casi sadomasoquista entre los personajes de los doctores Carl Jung y Sabina Spelrein. La más evidente diferencia con otros filmes de Cronenberg es su evidente origen teatral (el filme es muy dialogado y transcurre en muchos momentos en espacios muy reducidos) y su carácter de filme de época. Cronenberg hace un filme inquietante, muy frío y muy bien interpretado por su trío protagonista (aunque Viggo Mortensen hace un papel algo menos importante como Sigmund Freud, está igual de bien que Michael Fassbender y Keira Knightley) y con una gran banda sonora de su habitual Howard Shore. Gran película.

  

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