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carlosmartinez

caballo de batalla

   Me llama la atención que en algunos sectores de la crítica se le haya achacado a Spielberg el hacer un cuento sobre la 1ª Guerra Mundial, cuando si por algo se caracteriza su carrera es por su ingenuidad y su optimismo (Munich sería la excepción, incluso filmes duros como La lista de Schindler, Salvar al soldado Ryan o La guerra de los mundos lo tienen). Y me llama la atención de que al menos tres de los cuatro filmes candidatos al Oscar este año apuesten por volver a los orígenes del cine americano (The artist, Hugo y esta).

   Caballo de batalla es un cuento, terrible pero cuento, pero también encierra una poderosa metáfora, ese caballo irracional que va pasando de mano en mano en una guerra todavía más irracional y que acaba perdido en tierra de nadie. Bebe claramente del cine de John Ford en la parte irlandesa, pero también detecto homenajes a Anthony Mann y su Winchester 73 y a Michael Curtiz y su Carga de la brigada ligera. Y es lógico que Spielberg empiece con una primera parte inocente puesto que la Gran Guerra es en buena medida una pérdida de la inocencia y un descenso a un infierno inimaginable hasta aquella fecha, infierno que el director muestra como nadie en el desastre poco conocido de Quievreschain (junto con el aún mayor de los Lagos Marusianos, el fin de la guerra clásica), y con una poderosa elipsis (unos caballos sin jinete dicen mucho más que unos cuerpos muertos) y en las dantescas escenas del horror del Somme (aunque se permita cambiar las fechas, el Somme es en 1916, no en 1918), el filme es portentoso en el sonido del Somme, cada bomba que suena es lo más estremecedor que he oído en mucho tiempo en una sala de cine. Le puedo achacar a Spielberg que el final resulte demasiado naïf después de todo el horror mostrado, y que en momentos muy contados algunas transparencias canten, pero a mí me parece una gran película.

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