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carlosmartinez

el dictador

   El dictador es el primer filme del bufón inglés Sacha Baron Cohen (bufón en el mejor sentido de la palabra, el que se encarga de tocar las narices al rey o al personal) basado en un guión original y no en uno de sus populares personajes televisivos, y alejado del género falso documental que había hecho con Borat (que sigue siendo su mejor creación) y Bruno.

   El problema es que siendo muy divertido y muy políticamente incorrecto (la colección de gamberradas no tiene precio, desde ese "invitado en palacio" oculto al mandamás chino gay, pasando por la escena del helicóptero o la peculiar manera final de aplicar la democracia, la colección de buenos gags es muy abundante), le falla la originalidad de algunas partes del guión. Vamos, que lo de poner a un guiri en Nueva York está más visto que el tebeo desde los tiempos de Tarzán hasta los Pitufos, y no digamos el tema del doble del dictador o del jefe del gobierno de un país (me vienen a la memoria El prisionero de Zenda, El príncipe y el mendigo, El gran dictador, Espérame en el cielo o Dave, presidente por un día, y seguro que me dejo unas cuantas). Tampoco ayuda la historia amorosa, divertida en algunos momentos (el final sorpresa en la boda es sencillamente genial), en otros muchos perfectamente olvidable, aunque es un detalle menor. Los problemas de guión hace que el filme tenga altibajos, que se muestre un tanto políticamente correcto cuando no debe, pero que está por encima de la media de la comedia actual cuando Baron Cohen se pone más cafre y más grosero (por cierto, tiene cachondeo que un judío como el haya parido a los tres personajes más delirantemente antisemitas del cine actual). El filme está rodado en parte en España (la Plaza de España de Sevilla se nota mucho, no tanto las Islas Canarias). Muy recomendable para los amantes de la comedia de brochazo gordo, gente sensible abstenerse, aunque yo me sigo quedando con el segundo mejor reportero de Kazajistan, el fan de Pamela Anderson Borat.

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