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carlosmartinez

editorial

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Todavía me dura el cabreo con lo sucedido con Juan Aldea (si es que se me pasa, desde luego no le pienso hablar las próximas veces que me lo encuentre). No voy a volver a tomarme la más mínima molestia en volver a contestarle, por faltarme el respeto, por no comprobar lo que decía y por no rectificar en el caso de Pixar cuando estaba claro que yo estaba más documentado en este caso que él. Tras lo sucedido, os pido dos cosas: primero, que respetéis mis opiniones y las del resto de los que dejan comentarios, aunque no coincidan con las vuestras (yo intento hacerlo siempre, aunque a veces sea muy vehemente en mis contestaciones), son eso, opiniones, no dogmas sagrados, nadie tiene el don de saberlo todo o  de tener una opinión mejor que el vecino, a lo contrario le llamo integrismo; segundo, que intentéis comprobar las afirmaciones que decís, y si en algún momento os equivocáis y os corrigen, que lo sepáis reconocer; a mí me ha pasado varias veces con nuestro querido Sacerdote, que me ha corregido algún error o alguna omisión en mis artículos, y una vez comprobado que él tenía razón, no he tenido problemas en reconocérselo (incluso a veces le he preguntado alguna duda, como en Batman), y también tengo una sección de Fe de erratas cuando soy yo el que me doy cuenta, dicen que errar es humano, pero rectificar es de sabios.

   Doy el asunto por zanjado, y paso a la sección de necrológicas. Si hace una semana lamentamos la muerte del protagonista de Curro Jiménez, Sancho Gracia, hoy hay que lamentar la muerte de uno de los responsables de la serie, Joaquín Romero Marchent, autor junto con su hermano Rafael de unos cuantos spaguettis western de los años 60  y de unos cuantos episodios de la serie Curro Jiménez. No fue un director precisamente de primera fila, pero sí un buen representante de un tipo de cine que se cultivó en Almería y otros lugares de España (hubo decorados de western hasta al lado de Barcelona, en Esplugues de Lobregat, yo recuerdo haberlos visto desde el coche de mis padres en mi infancia) y que forma parte de la historia de nuestro cine aunque les pese a algunos. Descanse en paz.

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