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carlosmartinez

abraham lincoln, cazador de vampiros

  En cuanto a los filmes vistos esta semana, han sido en el mejor de los casos decepcionantes y en los peores un cúmulo de despropósitos.

   El único que tiene una factura decente, pero que no acaba siendo bueno por una equivocada manera de enfocarlo es Abraham Lincoln, cazador de vampiros. La idea del filme no era del todo mala, coger al más conocido de los presidentes estadounidenses y meterlo en un terreno irónico al más puro estilo de Malditos bastardos. Lo malo es que esa idea se quedó en el tintero o no se atrevieron a llegar a las últimas consecuencias. El director kazajo Tibur Bekmambetov no es Tarantino ni por asomo, le falta mala leche, ironía y buen trabajo con los actores, y no se ha atrevido a tomarse a cachondeo un icono como Lincoln, aún llevándolo al terreno fantástico lo sigue tomando como defensor de los derechos civiles, liberador de esclavos (cosa que algunos historiadores dudan, en algún lado he oido hablar de que seguía siendo un racista y que los motivos de la Guerra son sobretodo económicos, veremos por dónde lo lleva Spielberg en el otro filme sobre el personaje, y desde luego el recientemente fallecido Gore Vidal ofrece una visión mucho más crítica en su libro sobre el personaje) y padre de la patria, no encuentro por ningún lado ningún rastro de crítica al personaje, falta de respeto e ironía, y el tema lo pedía a gritos. Tampoco convence el protagonista, el desconocido Benjamin Walker, su interpretación es monolítica y poco expresiva. Se salvan las escenas de acción (la del tren es muy buena) y dos buenos malos como Rufus Sewell y la vampira de la que no logro recordar el nombre, lo demás es correctito y gracias, por no decir mediocre.

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