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carlosmartinez

todos tenemos un plan

   Recuerdo cuando se estrenó Alatriste que más de uno (yo no, a mí no me disgustaba su interpretación ni su voz baja) le acusó a Viggo Mortensen de poner una voz muy extraña (muy bajita y por momentos difícilmente entendible, según sus detractores) en castellano para ocultar su acento argentino (vivió bastante tiempo allí antes de convertirse en estrella). Lo digo porque se acaba de estrenar un filme argentino, Todos tenemos un plan, protagonizado por él, y pone exactamente el mismo tono de voz que en el filme de Agustín Díaz-Yanes, luego me parece que no era cosa del acento, sino de la manera de interpretar del actor.

   El filme estrenado ahora es una correcta película argentina de intriga, al parecer con un guión premiado para que se pudiera hacer, pero que tiene un serio inconveniente: para lo que cuenta (la historia de dos hermanos gemelos metidos en un lío criminal), tiene un serio problema de ritmo, le sobran muchos minutos inútiles, repetitivos y que no llevan a ningún lado (¿hace falta recrearse tanto en el paisaje del delta de Tigre?; por muy bello que  sea, a la película le supone una rémora), sigo pensando que en el cine actual se ha perdido demasiado la elipsis y la síntesis, que no hay que contarlo todo punto por punto (y los espectadores también lo han perdido, casi dos meses después del estreno de Batman, todavía oigo algún espectador enfadado porque no se explica cómo regresa el Caballero oscuro a Gotham después de su cautiverio, cuando creo que no hace maldita la falta contarlo, que todos sabemos que va a volver y que hubiese sido un gasto inútil de minutos en una película de casi tres horas). El filme se ve con interés gracias a la esforzada interpretación de Mortensen, aunque la parte final es demasiado previsible.

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