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carlosmartinez

Editorial

Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Pasó la huelga general (y las que te rondarán, morena, no merecen otra cosa los políticos) y el gobierno sigue haciéndose el sueco (lo lógico sería hacerse el alemán, pero no es una frase hecha) o peor, han vuelto a hacer el ridículo con lo de los desahucios, mal, deprisa y corriendo, dejando fuera a la mayoría de los que los sufren (los casos recientes de suicidio se habrían quedado fuera de lo que ha propuesto el gobierno) y no dándole su merecido a los que han montado el pollo. Se admiten apuestas sobre cuánto tardará en caer la próxima huelga, yo no doy de plazo ni medio año, veremos.

En los últimos días me ha llegado la noticia de la muerte de un compositor de bandas sonoras estadounidense no muy conocido para el gran público, pero que participó en unas cuantas películas algo sobrevaloradas a mi entender, pero muy conocidas. En cualquier caso, su música era muy superior a los resultados de los filmes. Descanse en paz

Richard Robbins:

Colaborador habitual del director estadounidense (y para mí uno de los directores más sobrevalorados de las últimas décadas, sus películas me parecen, frías, académicas y que buscan el preciosismo a cualquier precio) James Ivory, le dio a su cine la elegancia que el director pretendía, y es autor de algunas de las páginas musicales más bellas de los últimos años: Regreso a Howards End, La copa dorada y sobretodo su obra maestra musical, Lo que queda del día. No muy conocido para el gran público, pero un más que notable compositor.

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