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carlosmartinez

Phenomena rock concert

La nueva sección de este blog dedicada a Phenomena arranca con la maratón del sábado 27 de abril dedicada a tres películas míticas musicales de los años 70 y 80.

Una advertencia: Dentro de mis conocimientos, tengo un relativamente corto conocimiento de la historia del rock como para hacer un análisis exhaustivo de la música de los tres filmes, con lo que prefiero centrarme en los aspectos puramente cinematográficos de los tres filmes. Si alguien quiere conocer más del aspecto musical, le recomiendo el artículo sobre la maratón publicado por mi amigo Raul en el blog clubsocialpolpositiu, creo que él lo ha hecho mucho mejor de lo que puedo hacerlo yo, tenéis el enlace en la portada de mi blog a la derecha bajo los archivos por meses del blog.Dicho esto, paso a comentar cada uno de los filmes:

The wall:

Su director Alan Parker forma parte de la generación de directores británicos que, provenientes del mundo de la publicidad, dan el salto al cine en las décadas de los 70 y de los 80: Parker, los hermanos Scott y Adrian Lyne. Su pasado publicitario se nota en el estilo de cada uno de ellos, y en el caso de Parker sobresale especialmente en el terreno del cine musical; a pesar de títulos tan conocidos como El expreso de medianoche, Arde Mississipi o El corazón del ángel, creo que son más representativos del estilo de Parker Bugsy Malone, Fama, Los Commitments y The wall (Evita me parece bastante más discutible). The wall es más un poema visual psicodélico que una película al uso, la historia del músico, sus traumas del pasado y sus pesadillas en forma de cine animado son casi una excusa para que luzca la música de Pink Floyd (aunque alguna de las canciones no está interpretada por ellos), tanto que la película tiene muy pocos diálogos. El resultado es hipnótico y muy sugestivo, y muy influyente en el campo del videoclip, medio que estaba dando sus primeros pasos en 1982, año de la realización del filme. Destacar la interpretación del músico Bob Geldorf y las escenas de animación. Probablemente el mejor filme de Parker junto con El expreso de medianoche.

El fantasma del paraíso:

Antes que nada, para espectadores que acudan a ver el filme por primera vez,una advertencia cuidadito con mirar según qué fuentes sobre el filme y según qué carteles de la película. En su empeño en nombrar las fuentes de inspiración del filme de Brian de Palma, todos insisten en nombrar una influencia literaria aparte de la novela de Gaston Leroux El fantasma de la ópera, y por otro lado, el slogan elegido para los carteles originales me parece completamente desafortunado, ambas cosas ponen sobre la pista un giro sorpresa en uno de los personajes principales que si la memoria no me falla (hace tiempo que no veo el filme) se produce bastante avanzado su metraje. Intentaré en lo que pueda no mencionar ninguna de las dos cosas, sería un flaco favor a quien descubra en Phenomena el filme por primera vez.

El filme es uno de mis preferidos de su director, el muy a menudo vilipendiado e infravalorado Brian de Palma, en el que demasiados críticos no supieron ver en su momento nada más que un vulgar imitador de Hitchcock, cuando creo que nunca lo fue, es cierto que en unas cuantas de sus películas homenajea al maestro (yo diría que cualquiera que hace un trhiller o una película de suspense acaba imitando al maestro), pero creo que al igual que Tarantino no se queda en la mera copia, que sobretodo Fascinación y Vestida para matar son dos memorables películas de suspense, y que de Palma no ha escondido nunca su admiración por los clásicos, desde Howard Hawks (el remake de Scarface es una muy buena adaptación del filme de los años 30) a Eisenstein (Los intocables no es solo el homenaje a la escalinata de El acorazado Potemkin, es una excelente película de gangsters) pasando por Antonioni (para llevar la contraria, y sin ánimo de ofender, me parece mucho mejor su Impacto que el tostón de Blow-up que lo inspira), pero sus filmes tienen un estilo propio de de Palma que los hacen únicos. Le pierde en algunas ocasiones el exceso granguignolesco y le perdono tomaduras de pelo como La hoguera de las vanidades o La dalia negra, sus dos películas más erróneas y la primera un desastre comercial de tal magnitud que ya desde entonces Hollywood no lo vuelve a ver con buenos ojos, a pesar de algún éxito como Misión imposible, ya no vuelve a tener la libertad creativa en USA que antes, y sus últimos filmes son independientes o directamente europeos, incluida la última, Passion, remake de un filme francés no muy bien recibido en Venecia (aunque para otros una nueva obra maestra) que no sé si podremos ver algún día en España.

El fantasma del paraíso pertenece a su mejor época, la que va de Hermanas a Los intocables. Esta mezcla de cine fantástico y película rock es mucho más que un mero pastiche de la novela de Leroux, de Palma saca petróleo de la historia del rockero lanzado a la desgracia y con rostro desfigurado por las malas artes del pérfido dueño de la compañía de discos que se queda con su trabajo, y que busca la venganza como enmascarado. Contiene todo el talento de su director (y toda su habitual tendencia al exceso) y una memorable interpretación como villano del músico y actor Paul Williams, bien secundado por Jessica Harper y William Finley, actor habitual en la filmografía de de Palma ya fallecido, y que aquí consiguió su papel más famoso como Fantasma. Una pequeña joya de su director.

The rocky horror picture show:

Una buena maratón de cine musical no se puede cerrar sin esta mítica gamberrada, un musical que nació en teatro con poco ruido y que poco a poco fue ganando seguidores merced a sus memorables actuaciones en directo donde decir que el público se implicaba en la trama es quedarse corto. La implicación no le va a la zaga en el filme, ver una sesión del filme en una sala es algo más que una sesión de cine es asistir a que el público se vuelva un payaso en el mejor sentido del término y venga disfrazado de cualquier personaje de la película (y con material o prop traido de casa para ayudarle) y monte el show delante de la pantalla con procacidades varias, si hay algún desprevenido que piense que va a ver una sesión normal de cine, va listo. ´La película es una deliciosa gamberrada y un gran homenaje al cine fantástico clásico y un desfile glam-gay o lo que se quiera llamar el desfile inenarrable de modelitos que lucen los actores. Lanzó a la fama a sus dos protagonistas, un Tim Curry genial como locaz@ doctor@ Frank N. Furter (aún con otros estupendos papeles como el diablo de Legend, Curry siempre es recordado por el filme) y una Susan Sarandon que venía de trabajar con Billy Wilder y que poco después llegaria al estrellato. También en un papel secundario podemos ver al cantante Meat Loaf. Su director, Jim Sharman, provenía del teatro y este es su filme más conocido, del que unos años más tarde haría una continuación,Treatment shock, de menor éxito aunque también con fans. Mucho más que un filme musical.

 

 

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