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carlosmartinez

El lobo de Wall Street

La última  grandísima película del maestro Scorsese, El lobo de Wall Street, ha venido precedida de cierta polémica. Donde vemos algunos la más salvaje sátira que ha parido un director contra los responsables de meternos en la crisis en que estamos, otros ven un ensalzamiento del capitalismo. Cada uno es libre de verla como quiera, pero en mi opinión yo no comenzaría una loa al capitalismo salvaje lanzando a un enano hacia una diana, ni la acabaría con la escena de la cárcel, más bien lo haría para resalzar  la ironía de narrarla en primera persona y de utilizar la mirada directa del personaje principal a cámara al más puro estilo Haneke. La voz puede engañar, pero la imagen no, está criticando en cada minuto la actitud del protagonista, un mal bicho que se pegó la vida padre a costa de los que invertían en Wall Street, y cuyo arrepentimiento actual me parece que tiene mucho de fingido.

Scorsese sigue siendo el mejor director norteamericano en activo (ya que Coppola es como el Guadiana, aparece y desaparece, y encima su último filme está inédito en salas españolas), y rueda magistralmente la sátira, a partir de un soberbio guión de Terence Winter, creador de la serie Boardwalk Empire. Le da un ritmo frenético, no  da descanso al espectador, con un montaje marca de la casa a cargo de la gran Thelma Shoonmaker, y que hace que se pasen las tres horas volando viendo las salvajadas de que era capaz el angelito (por lo que he oído, completamente auténticas; no son un exceso del director, lo que hace todavía más terrible lo que cuenta). Y lo hace con un reparto en estado de gracia, con un Leonardo Dicaprio que borda la interpretación cómica de este tiburón de las finanzas, un Jonah Hill excelente como compañero de perrerías y buenas interpretaciones de Mathew Mccounaghey (impagable su autogolpeo de pecho), Jean Dujardin y Rob Reiner. Para mí la primera gran película del año que empieza y la mejor de las colaboraciones entre Scorsese y Dicaprio.

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