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carlosmartinez

Phenomena : Aladdin + El rey león

 

Este domingo Phenomena inicias su nueva temporada con la proyección de dos clásicos de animación de Disney de comienzos de los 90, pertenecientes a la época en que Jeffrey Katzenberg estaba al mando de la sección de animación de Disney; ambas siguen estando entre los filmes más taquilleros de la historia del estudio, y uno de ellos es además un homenaje a un actor desaparecido este verano.

Pero haré un poco de historia sobre Katzenberg antes de hablar sobre los filmes. Katzenberg ingresa en Disney de la mano de Michael Eisner en 1984 tras comenzar en Paramount con el primer filme de Star Trek y a ambos hay que considerarlos responsables del renacimiento de Disney, primero con las películas no infantiles que producen bajo el sello Touchstone (Good morning Vietnam, El color del dinero, Tres hombres y una pequeña dama y Quién engañó a Roger Rabbit, entre otras) y desde 1989, con la inestimable ayuda de  Ron Clements y  John  Musker en la dirección y Alan Menken y Howard Ashman en el apartado musical, logran el primer bombazo en animación con La sirenita, a la que sigue La bella y la bestia, incluyendo la primera nominación al Oscar a la mejor película para un filme de animación. Es en este momento cuando llegan los dos filmes que veremos este domingo:

Aladdin:

 

 

 

 

Aunque la que comentaré posteriormente tuvo todavía más éxito y tenga más adeptos, para mí es la obra maestra del periodo Katzenberg. Partiendo de una idea del letrista Howard Ashman de hacer una película sobre el personaje de Las mil y una noches, los entonces más que prometedores guionistas Ted Elliott y Terry Rossio (era su segunda colaboración juntos, después vendrían muchas más, como Hombres de negro, La máscara del Zorro, Shrek o Piratas del Caribe) hicieron una trepidante y muy divertida historia con un Aladdino con los rasgos de Tom Cruise, un villano llamado Jafar con los siniestros rasgos del gran Conrad Veidt (aunque les acusasen de racistas por sus rasgos árabes, es un homenaje al genial Ladrón de Bagdad de 1940) y un loro con nombre shakesperiano llamado Yago (no sería el último homenaje de Katzenberg a Shakespeare, en la siguiente película es todavía más claro). Fue la última colaboración en el apartado musical de Menken y Ashman, el segundo estaba enfermo de SIDA y falleció antes del estreno de La bella y la bestia, recibiendo un Oscar póstumo. De Ashman nos quedan en Aladdin tres canciones (Arabian nights, Friend like me y Prince Ali, mis preferidas de la película aunque el Oscar lo ganase otra), del resto se encargó otro estupendo letrista, Tim Rice, autor con Andrew Lloyd Webber de grandes musicales como Jesucristo Superstar y Evita. Menken ganaría el Oscar por partida doble en música y canción y junto a Rice por la canción por A new whole world.

Y luego está el genio de la lámpara, que en mi opinión marca un antes y un después en la historia del doblaje en el cine de animación. No era muy habitual en aquel momento que grandes actores prestasen sus voces a personajes animados (siempre hay alguna excepción, como Angela Lansbury en La bella y la bestia), pero los responsables del filme tuvieron la  bendita ocurrencia de contratar para el personaje en teoría secundario del genio a Robin Williams (hay que tener en cuenta que el doblaje en animación se suele hacer muchas veces antes de comenzar el filme para adaptar las voces correctamente a las imágenes). Williams se adueñó completamente de la película, hizo que el personaje del genio creciera en importancia en el filme e hizo uno de los trabajos cómicos más completos que se recuerdan, es responsable en buena medida del gran éxito del filme, el más taquillero en USA de 1992. En vista de lo que hizo Williams, desde entonces casi todos los filmes de animación estadounidenses cuentan con estrellas para dar voz a sus personajes principales. Phenomena ha elegido esta sesión para homenajearle, y creo que es el mejor homenaje que podría hacerle, es quizás su interpretación preferida por mí.

 

El rey león:

 

 

Las aguas bajaban turbias en 1994 en Disney por los problemas entre Katzenberg y Eisner por la pretensión del primero de tener más poder en es estudio, y acabaron en su salida del estudio. Pero antes de esto hizo su canto del cisne con la que ha sido durante mucho tiempo la película más taquillera del estudio, El rey león (se podría considerar también Pocahontas obra suya, puesto que se rodaron a la vez, pero Katzenberg ya no estaba en Disney en el momento del estreno y no se suele nombrar como película producida por él)

Hablaba antes del loro Yago en Aladdin, y aquí los responsables del filme van más allá en sus homenajes a Shakespeare. La historia de El rey león es claramente la de Hamlet, pero yo observo por lo menos dos referencias más al escritor inglés, Macbeth (las tres hienas me recuerdan mucho a las brujas de la tragedia escocesa) y Falstaff (Timón y Pumba beben claramente de él en su manera de vivir y en su relación con Simba). Pero con ser una excelente película de animación, no está entre mis favoritas. En mi opinión, falla Simba, es de lo más repelente de pequeño (a mí me dan ganas de que Scar haga un acto de canibalismo con él) y no me acaba de convencer de mayor, me chirría en un filme donde brilla con luz propia uno de los mejores villanos de la historia de Disney, un Scar magistralmente creado por un Jeremy Irons en una de sus últimas grandes interpretaciones (le tomó gusto a ser el malo de la función desde entonces, pero nadie se explica cómo se ha podido meter en tal cantidad de malos proyectos en las dos últimas décadas), bien secundado por el trío de hienas que tiene las voces de Whoopi Goldberg, Cheech Marin y Jim Cummings, Musafa, padre de Simba con la voz de James Earl Jones, y los muy graciosos Timón y Pumba (Nathan Lane y Ernie Sabella). Por primera vez desde el renacer de Disney, no estuvo Alan Menken en la banda sonora, y le sustituyó Hans Zimmer en una muy brillante banda sonora, una de las mejores de la carrera del compositor alemán, bien arropada por las canciones de Elton John y Tim Rice, el filme ganó el Oscar a la banda sonora y a la mejor canción por Can you feel the love tonight, aunque si hubiesen ganado The circle of life, Hakuna matata o Be prepared también habría sido justo. A pesar de no ser una película redonda, fue un gran broche de oro a la etapa de Katzenberg.

Y como he dicho, el choque de trenes entre dos enormes egos como eran Eisner y Katzenberg acaba con la marcha-despido del segundo, que se va a fundar el estudio Dreamworks junto con Steven Spielberg y David Geffen, donde creo que que no ha acabado de tener una carrera tan brillante como en Disney, a pesar de grandes éxitos como Shrek o Madagascar. En la primera Katzenberg se tomó una pequeña venganza contra Eisner, poniéndole al malo de la función unos rasgos caricaturescos muy similares a los de su antiguo jefe, judgadlos en las dos fotos siguientes:

 

Por su parte, la sección de animación tradicional de Disney comenzó un lento declive que llevó a su cierre temporal unos años después. Pero Eisner y el estudio tenían un as escondido un as en la manga que volvería a darles grandes momentos de gloria, una colaboración en producción y distribución con  un pequeño estudio surgido de la productora de George Lucas, y que en manos de Steve Jobs y John Lasseter revolucionaría la animación a partir de una lámpara flexo y su hijo: Pixar. Esa es otra historia que conociendo al equipo de Phenomena seguramente trataré en otro artículo.

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