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carlosmartinez

los niños de Huang-shi

    Hablaba antes de directores que no aguantaron el nivel de calidad de sus primeros trabajos, y a ellos podría añadir el nombre de Roger Spottiswoode, director que sin hacer obras maestras, sí que hizo dos muy aceptables muestras de cine de género como fueron "El tren del terror" y "Bajo el fuego", para luego desaparecer del mapa o hacer películas mucho menos interesantes (como por ejemplo el James Bond menos interesante de la etapa Pierce Brosnan, "El mañana nunca muere"). Y su último trabajo, "Los niños de Huang-Shi", no mejora el nivel de los últimos años: un lacrimógeno melodrama basado en hechos reales (como si eso fuera una garantía) que tiene una primera parte aceptable, pero que se hunde en el tedio y el tópico a partir de la llegada al orfanato. La película no cae en el desastre absoluto por sus actores y por la espectacularidad de sus paisajes, pero desde luego está muy lejos de ser buena.

   No querría acabar este comentario sin hacerme una pregunta (no hace falta que la contestéis): ¿a qué se debe la avalancha de filmes ambientados en China que se ha producido en los últimos meses? ¿abaratamiento de costes? ¿juegos olímpicos de Pekín? ¿ganas de tener contento al gigante chino? ¿simple casualidad o falta de ideas? Ahí queda la pregunta en el aire.

   La semana que viene hablaremos del último trabajo del imprevisible Ridley Scott, "Red de mentiras".

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