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carlosmartinez

teniente corrupto

   Por último, "Teniente corrupto", o como destrozar uno de los mejores títulos de Abel Ferrara (junto con "El funeral"), para dejarlo en algo irreconocible. Ha convertido un estudio sobre la culpa en una oda a la inmoralidad y una película de estilo más bien realista (aunque pasado de vueltas como casi siempre en Ferrara) en una catarata de despropósitos y alucinaciones absurdas (especial mención para el muerto bailando breakdance). Y si Harvey Keitel consiguió probablemente la mejor interpretación de su carrera, Nicolas Cage hace añorar los tics de Jim Carrey y Jack Nicholson juntos (que se esté quieto y tranquilo de una vez, por dios), además de hacer desear una pronta jubilación de su peluquero (un poco más y unos tacones y parecería una drag queen). De Werner Herzog ya sabíamos que era un tipo rarito (hay que serlo para aguantar tanto tiempo a alguien tan inaguantable como el fallecido Klaus Kinski), pero esta vez ha superado con creces las excentricidades anteriores. Inexplicable que el film tenga adeptos entre algunos críticos. Las carcajadas en la sesión a la que fui se oían en toda la sala, y eso que se supone que era un film serio.

   La semana que viene hablaremos del filme de Michael Haneke ganador de la Palma de Oro de Cannes "La cinta blanca".

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