editorial 2 : de entre los muertos

   La semana ha sido especialmente trágica en cuanto a muertes de gente del cine se refiere. Dada la importancia de sus nombres, he decidido ponerlos por riguroso orden alfabético para no priorizar unos sobre otros.

   Tony Curtis. Durante mucho tiempo cargó con el sambenito de ser sólo una estrella guapa del Hollywood dorado. Éso enmascaró el formidable actor de comedia que era (con decir "Con faldas y a lo loco" sobran las palabras, allí estaba a la misma altura que Jack Lemmon y Marilyn Monroe) y el extraordinario actor dramático que demostró ser en filmes como "Chantaje en Broadway", "Espartaco" y "El estrangulador de Boston". Con él se va una de las pocas estrellas que nos quedaban del Hollywood clásico.

   Sally Menke. Formidable montadora de todos los filmes de Tarantino hasta la fecha, desaparecida por causas repentinas todavía no aclaradas. El trabajo de montaje siempre es fundamental en un filme, pero sobretodo en un cineasta como Tarantino con sus saltos hacia atrás y hacia delante y sus escenas de acción.

   Arthur Penn. Para mí, y con el permiso de John Frankenheimer y Sidney Lumet, el mejor de los directores americanos que dio el salto en los 50 de la televisión al cine. Nos deja obras de la categoría de "El zurdo", "El milagro de Anna Sullivan", "Bonnie & Clyde", "Pequeño gran hombre", "La jauría humana" o "La noche se mueve". Lamentablemente, se pegó sus últimos ventitantos años sin dirigir. Así le va al Hollywood actual

   Gloria Stuart. Más conocida por ser la veterana actriz que actuaba en "Titanic", no son despreciables ni mucho menos sus actuaciones en clásicos de los años 30 como "El hombre invisible" o la versión del injustamente olvidado Allan Dwan de "Los tres mosqueteros".

   Descansen todos ellos en paz.