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carlosmartinez

caballeros, princesas y otras bestias

   Tras ver el filme Caballeros, princesas y otras bestias, yo recomiendo a mi antaño admirada Natalie Portman una cosa: que disfrute de su reciente maternidad, y que de paso aproveche para reflexionar, porque lo de sus últimos filmes no es normal. Porque no es normal que en el periodo de algo menos de cinco meses en España estrene la friolera de cinco filmes, y que encima sean uno muy sobrevalorado aunque tenga Oscar (por cierto, he leido en algún sitio estos días que una bailarina ha afirmado que había doblado a Portman en las escenas de ballet de Cisne negro; si recordáis mi crítica en su momento, ya tenía mis más que serias sospechas en ese sentido), tres del montón tirando a malas y un horror de filme.

   Ese horror de filme es el que se estrena esta semana, de tapadillo en una sola sala de Barcelona. Caballeros, princesas y otras bestias es una comedia chabacana, grosera hasta decir basta, sin la menor gracia y una astracanada pura que hace añorar los trabajos "históricos" de Mariano Ozores y acólitos como Cristóbal Colón de oficio descubridor o El Cid Cabreador (por lo menos estos no engañaban a nadie, y el sentido del humor era muy similar). Que se haya estrenado solo obedece a que Portman sigue teniendo multitud de fans, que a este paso van a menguar considerablemente si sigue haciendo estos engendros. Sinceramente, debería haber pasado directamente a vídeo o a televisión en horario de madrugada, uno de los mayores engendros del verano.

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