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carlosmartinez

Phenomena: Los tres mosqueteros

 

 

Este domingo dentro de su ciclo de aventuras, Phenomena programa una obra maestra del cine de capa y espada, la versión que hizo George Sidney para Metro Goldwyn Mayer de la novela de Alexandre Dumas padre Los tres mosqueteros.

Pero voy a intentar no caer en el tópico, aunque tengo que mencionarlo. Siempre se ha dicho que la película  tiene un aire de película musical, probablemente debido a que tanto Sidney como Gene Kelly venían de ese género. El problema es que decir solo eso es primero, minimizar la valía del resto de la película (es mucho más que una película con aire de musical), y segundo, que teniendo en cuenta que para hacer un duelo a espada en cine y teatro es necesaria una coreografía, y es lógico que un duelo tenga un aspecto de número musical, no es ninguna novedad, ya algunas películas de Errol Flynn en la década de los 30 lo parecen.

Los tres mosqueteros en esta versión es más cosas. Una deliciosa película de aventuras con el mejor D'Artagnan que se ha visto en cine (con permiso de Douglas Fairbanks), un Gene Kelly que le daba el perfecto aspecto juguetón, despreocupado y saltarín del gascón en la primera entrega de Dumas, antes de que en las dos siguientes de la trilogía (Veinte años después y El vizconde de Bragelonne; hay quien considera El hombre de la máscara de hierro aparte, pero es solo una parte de la tercera y larguísima novela) el tiempo y el desencanto quitasen la locura juvenil del personaje. Dos malvados antológicos, una Lana Turner deslumbrante como la temible Milady con un terrible secreto en su pasado (el mejor papel de la  a menudo menospreciada  actriz, con permiso de El cartero siempre llama dos veces) y un Richelieu (MGM decidió no mencionar que era cardenal por si se enfadaban los católicos) sibilina e irónicamente interpretado por un grande del cine como Vincent Price. Un gran diseño de producción y unas coreografías memorables, y un gran reparto de secundarios como Van Heflin y Angela Lansbury. El filme se toma muchas libertades respecto a la novela (la parte final en Inglaterra es muy diferente de la que narra Dumas), pero es una estupenda película perteneciente a la mejor época de su productora. Sidney haría otra película posteriormente de capa y espada, la también genial Scaramouche con un duelo inolvidable y larguísimo en un teatro, demasiado a menudo ha sido menospreciado como mero artesano siendo director de unas cuantas películas memorables como estas, Magnolia, Levando anclas, Pal Joey, Viva Las Vegas o Bésame Kate.

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