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carlosmartinez

Phenomena: Drácula + Moulin Rouge

 

Este viernes, Phenomena celebra San Valentín con dos clásicos románticos "atípicos", sobretodo el primero:

Drácula (versión de 1992 dirigida por Francis Ford Coppola):

Y dos aclaraciones para empezar con esta excelente película. No he puesto Drácula de Bram Stoker como se la conoce con toda la intención. Por mucho que se empeñen los responsables del filme y muchos de sus fans, el filme no es nada fiel a la novela, de hecho la cantidad de licencias que se toma es muy grande, empezando con el prólogo (siempre he dicho que el inicio y el final de una película deben marcar la intención de su creador, pero  aquí es muy evidente), siguiendo por la personalidad del vampiro (que al fin y al cabo es incluso un personaje secundario en la novela, no aparece tanto como se puede pensar la gente) y acabando por una relación amorosa entre Drácula y Mina solo insinuada en la novela. Tampoco es cierto que sea la primera versión romántica, de hecho toma muchas ideas de otro Drácula estupendo, el que dirigió John Badham en 1979.

El filme surge de la intención de Coppola y de Winona Ryder de hacer una película juntos tras el fallido intento nunca del todo aclarado de El padrino III. Ambos estaban interesados en la novela de Stoker y se realizó este filme de 1992, el último de gran presupuesto del director tras los problemas con Apocalypse now y el desastre económico de Corazonada. Coppola como es habitual en él logra un filme visualmente brillante, apoyado en el delirio de la diseñadora de vestuario Eiko Eishioka, en el tono arrebatadoramente romántico que le imprime y en un gran reparto: Ryder hace uno de sus mejores papeles antes de echar a perder su carrera por entre otras cosas su cleptomanía; Gary Oldman fue para muchos el gran descubrimiento del filme, visto hoy cuesta pensar que se barajasen otros nombre como el de Antonio Banderas (que lo vean en Entrevista con el vampiro, no hay color), Anthony Hopkins borda su desquiciado Abrahan Helsing, casi convertido en un fundamentalista religioso, y del resto del reparto hay que destacar a Sadie Frost, el gran Tom Waits como el enloquecido discípulo de Drácula y una actriz italiana que empezaba a despuntar con este filme, Monica Belucci. La esupenda banda sonora corrió a cargo del gran músico polaco Wocjciech Kilar y la canción de los títulos de crédito es de Annie Lennox Para algunos la mejor versión de la novela de Bram Stoker; yo no diría tanto, me siguen gustando mucho más el de Murnau, varios de los que dirigió Terence Fisher para Hammer e incluso el de Badham, pero el de Coppola sí es una muy buena versión de uno de los personajes más adaptados en la historia del cine.

Moulin Rouge (2001):

Pese lo que pese a sus detractores, el musical más influyente y brillante del nuevo milenio, y de momento la apoteosis del estilo del australiano Baz Luhrmann, quien aún no ha superado los logros de este musical.

Entiendo que sus detractores la acusen de parecer un videoclip, de que está llena de anacronismos por usar música rock para una película que transcurre en el siglo XIX, que no usa música original o que la historia pueda parecer leve, pero no lo comparto. Al fin y al cabo, creo que el musical no se acaba con el musical clásico de Hollywood y que el actual tiene que estar influido por el videoclip. También creo que pensar en anacronismos por usar un tipo de música determinado es cargarse buena parte de la historia del cine musical, puesto que en Camelot, La leyenda de la ciudad sin nombre, Golfus de Roma o El rey y yo no se usa música de la Edad Media, el Imperio Romano, el oeste americano o la Tailandia del siglo XIX; también hay grandiosos musicales que usan música previamente escrita, para empezar por el mejor, Cantando bajo la lluvia. Y que la historia pueda padecer leve afecta a buena parte de la historia del musical.

Esta suerte de homenaje a La traviata o La dama de las camelias (que no adaptación, como alguno ha dicho también) es un grandioso espectáculo y una maravillosa historia de amor, con números espectaculares como la entrada de Nicole Kidman al Moulin Rouge o el medley de canciones rock en el elefante y un reparto en estado de gracia, con una Nicole Kidman en su mejor momento y en el mejor papel de su carrera antes de que el botox la acabase de dejar en la sombra de lo que fue, con un Ewan Macgregor que le da la perfecta réplica como trágico enamorado y un Jim Broadbent mucho más inspirado y divertido que en el soporífero biopic llamado Iris que le dio creo que inmerecidamente el Oscar el mismo año. El director Baz Luhrman llevó hasta el paroxismo el estilo operístico pasado de vueltas, en ocasiones trágico y muy logrado de su trilogia de la cortina roja que comenzó con la no muy conocida El amor está en el aire, continúo en Romeo y Julieta y acaba en esta. Luhrman de momento no ha vuelto a hacer algo tan bueno, Australia es fallida y no parece de él y su versión de El gran Gatsby no es tan lograda como esta trilogía. Moulin Rouge por otra parte volvió a poner de moda el género musical que parecía muerto a principios del milenio, aunque de momento ninguna posterior ha llegado al nivel de este gran musical.

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