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carlosmartinez

Cuento de invierno

(Advertencia: el artículo contiene algún spoiler de la película; quien no lo quiera leer, que no siga).

Después de ver Cuento de invierno, el pésimo primer largometraje de Akiva Goldsman, me quedo perplejo, estafado y cabreado. No esperaba mucho del guionista de Una mente maravillosa, algo más del de mi admirada Fringe, con la que tiene algún parecido (tanto que mosquea ya lo de los villanos sobrenaturales con sombrerito, tras Destino oculto y esta). Lo que no esperaba es que la supuesta película romántica para San Valentín era en realidad un estomacante y ridículo panfleto religioso, digno de ser pasado en Semana Santa.

Ahí es nada: niño salvado de las aguas hijo de una pareja inmigrante a la que no dejan entrar en el país, perseguido por el diablo (interpretado por Will Smith; de ser una comedia, hasta habría tenido gracia, el problema es que el filme va en serio), inmortal o resurrecto (hay un lapso de varias decenas de años en que no se sabe si está muerto o dormido, debe ser la travesía del desierto), obrador de milagros, capaz de resucitar muertos y finalmente elevado al cielo a lomos de un caballo blanco. Si esto no es el Mesías (judío o cristiano, tanto da), que venga Dios y lo vea, además San Colin Farrell aparece en alguna escena con una barba y melena que parece Jesucristo...

Si hubiese tenido algún atisbo de ironía hubiese tenido un pase, pero es que no lo tiene. Filme aburrido, ridículo, plúmbeo, con unos Colin Farrell y Russell Crowe que hacen dos de las peores interpretaciones de sus carreras. Serio candidato a peor filme del año que empieza, gustará a fanáticos religiosos y a Rouco Varela, el resto se recomienda abstenerse de verlo.

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